¡Nos Vamos de Compras!
¡Wow! Fue la primera expresión que hice al llegar a El Gran Bazar (Kapaliҫarși en turco) de Estambul. Situado en el centro de la “ciudad vieja” en la parte europea de Estambul tiene más de 58 calles y 4,000 tiendas. Es el mayor bazar de la ciudad y uno de los bazares más grandes del mundo. Lo que te hace sentir que estás entrando a un laberinto gigante lleno de tiendas coloridas donde se destacan las de joyería con una gran cantidad de piezas en oro, plata, cobre con diferentes piedras bellas, tiendas de orfebrería, tiendas de especias las cuales me estuvieron bien interesantes ya que el olor de ellas era intenso y el colorido era espectacular y las tiendas de las famosas alfombras turcas.
Es como entrar a un hormiguero donde encuentras gente de diferentes nacionalidades que se van dispersando y caminando por las diferentes calles y parando en las tiendas que se van encontrando. Para que tengan una idea del tráfico de gente de este lugar, diariamente el Gran Bazar recibe la visita de entre 250,000 y 400,000 visitantes. O sea, que debes tener buen sentido de dirección ya que es muy fácil perderse dentro de él. Lo digo porque tuve la experiencia y fue bien desesperante luego de estar media hora caminando y llegar al mismo lugar o pasar por las mismas tiendas una y otra vez sin que llegues a ningún lado.
La composición del bazar es tipo laberinto, por eso hay que estar bien alerta, que consta de 22 puertas de entrada y se ponen a la venta más de 97 variedades de productos vendiéndose más de 12,700 artículos diferentes y donde trabajan la cantidad de 20,000 personas. ¡Wow, eso son muchas personas dentro de un mismo lugar!
La estructura es impresionante, desde afuera puedes apreciar un pasillo iluminado donde entra y sale mucha gente, pero cuando entras, puedes observar un pasillo lleno de tiendas a ambos lados dentro de una estructura muy cultural y antigua donde al mirar el techo puedes ver las cúpulas pintadas con el arte turco, insignias con mensajes escritos en turco en color oro, banderas turcas de varios tamaños adornando gran parte de los pasillos y tiendas, lo que te transporta totalmente a esta cultura tan interesante.
Desde que entras ves a los vendedores fuera de las tiendas tratando de captar tu atención para que entres. Gracias a Dios no son tan insistentes como en otros países lo que no es molestoso y puedes recorrer los pasillos tranquilamente. Cuando te decides a entrar o comprar en alguna, es bien importante no aceptar el primer precio que te dan. Culturalmente el mercado turco es para regatear precios ya que eso les hace sentir bien y disfrutan la venta, así que a regatear se ha dicho hasta conseguir el mejor precio. Así lo hice en todas las tiendas que hice alguna compra y efectivamente conseguí mejor precio del que inicialmente me decían. Tanto es así que en mi primer día entré a una tienda de carteras de cuero y me enamoré de una de ellas, negra tipo bolso alargado, preciosa. Pedí precio y me pareció muy alto, comencé a ofrecer y regatear pero el vendedor no quería ceder, así que me fui de la tienda sin comprar. Luego de hacer todo el viaje volvimos a Estambul porque de ahí regresábamos a PR y volví al Gran Bazar a comprar los últimos detalles del país antes de regresar a PR. Mientras caminaba por los pasillos me encontré de frente con la misma tienda de la cartera y el mismo vendedor, así que lo saludé le indiqué que si se acordaba de mí y volví a regatear para llevarme la cartera que dejé hacía una semana atrás pero el vendedor no cedió al precio mio por lo que me volví a ir. Uno de los amigos del grupo se quedó en la tienda insistiendo sobre el precio y logró que me bajara más por lo que el mismo vendedor se fue detrás de mí llamándome para que regresara a la tienda a comprarle la cartera. Así que por fin logré traerme mi cartera de cuero turco.
Un detalle interesante en el cual me fijé es que todos los vendedores de todas las tiendas son hombres, no encontré ni a una mujer trabajando en el gran bazar. Eso me hace pensar que culturalmente las féminas tienen otro tipo de tareas o se quedan atendiendo el hogar. Además que todos los trabajadores vestían súper bien y a la moda, se veían mejor que nosotros los visitantes. Siempre visten muy a la moda, estilo europeo y muy “good looking”.
Con toda esta diversidad de tiendas y artículos, en el Gran Bazar encuentras de todo y más por lo que les recomiendo que cuando visiten esta gran ciudad, Estambul, lleven sólo lo necesario para que puedan comprar, comprar, comprar y comprar cosas diferentes de gran calidad y a unos precios que jamás encontrarás acá en el Occidente.
Así que a viajar con dos cambios de ropa y el resto, lo compramos en el Gran Bazar.