¡Un lugar lleno de magia y belleza!
Llegamos a una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería. Al planificar este viaje no me imaginaba la grandeza de esta nueva aventura cuando de repente dije, para mi próximo viaje quiero ir a una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno y el lugar que saltó a mi mente fue Machu Picchu. Así que comencé mi búsqueda y planificación.
Con tan sólo tener la idea y comenzar a buscar un poco de información del lugar ya me llenaba de emoción y curiosidad este destino. Una de las curiosidades o incertidumbres que tenía en mi mente era el tema del efecto que tendría el ambiente y la altura en la cual se encuentra Machu Picchu ya que leí y me decían que como está mucho más alto a lo que estamos acostumbrados en Puerto Rico, podría experimentar síntomas de mareos, dolor de cabeza, falta de aire, náuseas, etc. Por eso al llegar a esta ciudad lo que te ofrecen o debes tomar es el famoso té de hojas de coca. ¡Este dato sí me dio mucha curiosidad! ¿Cómo sabrá el té? ¿Tendré que tomarlo? ¿Me dará el mal de altura? ¿Tengo que ir al médico para que me recete algo antes de viajar? Todas estas preguntas saltaron a mi mente y hacían que mi ansiedad por llegar a este lugar fuera mucho más interesante. Bueno…tenía que esperar a llegar para contestar todas mis interrogantes.
Al igual que el Castillo de Algodón en Turquía, Machu Picchu está en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1983. Está ubicado en la provincia de Urubamba de Cuzco en Perú. Cuzco es la ciudad importante más cercana, la cual es la actual capital regional y antigua capital de los incas. Por la gran cantidad de monumentos que posee Cuzco es denominada como la “Roma de América”.
Para este viaje mágico todo comienza llegando a Lima, capital de Perú. Luego de recorrer esta ciudad llena de historia y lugares interesantes, volamos a Cuzco donde al ir llegando ya se puede sentir el cambio de altura al avión ir aproximándose al aeropuerto de la ciudad. Aquí se comienzan a contestar todas las preguntas sobre la altura y sus efectos. En Cuzco estamos a la mayor altura que vamos a experimentar en esta aventura. Esta ciudad tiene lugares a una altura de más de 3,400 metros sobre el nivel del mar. Ya dentro del avión me di cuenta que iba a ser candidata a sentir los efectos de las condiciones de altura…oh, oh!!
Bajamos del avión y ya dentro del aeropuerto sentía un poco de mareos y náuseas leve. Al salir del aeropuerto rápido pude percibir el fuerte olor a fogata o leña quemada que estaba por toda la ciudad. Luego me di cuenta que ese olor se debía a que en la mayoría de las casas se cocina con leña y en las calles hay muchas personas cocinando maíz en leña para venderlo.
Ya de camino al hotel se puede ver el estilo de vida y la construcción peculiar del lugar. Todo el panorama se veía seco dando la impresión de que todo estaba en tierra. La construcción de la mayoría de las casas está hecha de un tipo de fango donde se aprecia como si las viviendas fueran de tierra. Ya llegando al lugar de alojamiento el transporte nos deja frente a la Plaza Mayor donde bajamos nuestro equipaje y comenzamos a caminar hacia una callejón peatonal de piedra donde las estructuras alrededor eran de piedra y empinado. Nos orientaron que debemos caminar lento ya que por motivo de la altura hay menos oxígeno por lo que nos cansaríamos más rápido y nos sentiríamos fatigados. Y efectivamente, así mismo fue.
Al llegar al hotel, nos recibieron muy amablemente y rápido nos buscaron el famoso té de coca para ayudarnos a aclimatar el cuerpo a las condiciones de altura. Aquí se contesta otra de las interrogantes sobre el sabor del té y sí, para mi gusto sabe malo!! Así que pude darme unos pocos sorbos y nada más. Lo cual no me ayudó para nada con los síntomas que ya traía, aunque me sentía un poco mejor. Tenemos unas horas para descansar, comer algo liviano ya que no es recomendable comer pesado por el tema del poco oxígeno, en lo que nos buscan para comenzar nuestras excursiones de la tarde.
A la hora indicada, bajamos para comenzar el recorrido. Visitamos la catedral ubicada en la Plaza Mayor, alguna de las calles del centro de la ciudad, el templo Coricancha, el santuario Sacsayhuamán, sitio arqueológico Tambomachay y un antiguo lugar donde existen una cuevas naturales hechas por rocas gigantes donde los incas lo utilizaban como quirófano para hacer sus operaciones ya que las rocas dentro de la cueva eran planas y conservaban temperaturas frías naturalmente, como si estuvieran con aire acondicionado lo que prevenía las bacterias e infecciones. Al poner la mano en estas rocas se sentía el frío intenso que hay en esas rocas, impresionante!
Ya al llegar a este punto del recorrido mi malestar era mucho más notable, así que decidí no caminar mucho y quedarme cerca de la guagua. Al regresar al hotel fue que me surgieron todos los síntomas, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos intensos….horrible!!! Al ver que pasaba el tiempo y no se me aliviaba comenzó la preocupación de qué hacer. Un país donde no conozco, la salud no se ve que sea muy moderna y en adición temprano en la mañana nos recogían para seguir nuestro viaje. Que hago??!! Pensaba, yo quiero llegar a Machu Picchu!! Llamé a recepción y expliqué la situación, me trajeron más té y me indicaron que eran síntomas normales que tratara de descansar porque se me iba a pasar. Me quedé inmóvil en la cama hasta que me quedé dormida, al despertar Gracias a Dios me sentía bien y todo había pasado. Así que a desayunar y recoger todo para seguir la aventura. Sobreviví al famoso mal de altura.
Continuamos nuestro recorrido, ahorra bajando hacia Urubamba donde hicimos varias paradas en lugares claves para tomar fotos, comprar recuerdos y almorzar. Al terminar nuestro almuerzo, nos dirigimos al próximo hotel, un antiguo monasterio, el Monasterio de la Recoleta. Un lugar muy interesante y lleno de historia. Aquí nos quedaríamos una noche para entonces al día siguiente tomar el tren hasta llegar al pueblo de Aguas Calientes y subir a Machu Picchu…por fin!!!
Llegamos a la estación del tren y comenzamos nuestra travesía hacia nuestro destino Machu Picchu. Ahora la emoción e intriga se hacía más notable por el hecho de saber que en algunas horas iba a estar en un lugar mágico y lleno de energía. Al llegar a Aguas Calientes, nos esperaban para dirigirnos hacia la ruta de Machu Picchu. Al salir de la estación del tren atravesamos un mercado de tiendas hasta llegar a un lado del río Urubamba que atraviesa este poblado. Subimos al autobús y comienza el ascenso hacia la ciudad sagrada. Al llegar entregamos nuestras entradas, si llevas el pasaporte contigo, puedes entregarlo y te lo ponchan con un sello especial de Machu Picchu, así tienes la evidencia y recordatorio de tu visita.
Comenzamos el recorrido y ya comienzas a sentir el ambiente fresco y lleno de paz. Subimos un poco y comienzas a ver el uno de los picos de las montañas que rodean la ciudad y luego al llegar al final de ese trayecto y mirar hacia abajo….ahí está la maravillosa y espectacular ciudad inca, Machu Picchu en todo su esplendor.
Una ciudad preciosa hecha con una exactitud piedra por piedra con una arquitectura impresionante. El color verde brillante que realza entre las estructuras de piedra y en el fondo la majestuosidad de las montañas y picos gigantes a su alrededor dando la impresión de que son soldados guardianes protegiendo esta gran ciudad escondida. Al ir caminando entre las estructuras te vas remontando e imaginando la vida que una vez hubo en este lugar especial. En el recorrido vas conociendo la forma de vida de la civilización inca, sus costumbres, su método de construcción, cómo construían sus dormitorios, camas, su acueducto perfectamente construido y funcionando, su reloj solar, sus instrumentos para la astrología, su alimentación, sus cultos y lugares de sacrificios. Una civilización muy interesante.
Da la impresión como si estuvieras caminando suspendido en el aire en un lugar místico lleno de energía y paz. El silencio que se disfruta alejado de todo el bullicio y apartado de todo lo moderno, sólo la naturaleza y tú hacen este recorrido único e inolvidable.
Es el lugar perfecto para ver el amanecer y pasar todo el día hasta ver el atardecer, disfrutar del silencio, los sonidos de la naturaleza y llenarse de paz.
Definitivo un destino para repetirlo… uno de mis favoritos! Te toca a ti descubrirlo…